Se le aparece en sueños. No puede dejar de soñar. Creyó vanamente que si ese sueño total entreabría sus ojos a la realidad llana y lisa, los sueños desaparecerían. Pero no. Son como demonios. Son sus propios demonios hecho sueños. Complementos de falencias. Vidas pasadas danzando en sus noches.
En la realidad se le revela como lo inevitable. ¿Renunciar o seguir? ¿Seguir o renunciar? El gran dilema. La gran pregunta. Prefiere quedarse con la incógnita. El tiempo es lo único que tiene. Su única vida posible es ese tiempo. Este. Aquel tiempo que dejó de ser y vuelve a rotar como un carretel irrefrenable.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Volviste! Ya volveré con más tiempo, pero lo celebro, amiga.
Un beso
siiiii aca estas de nuevooo!!eso es genial.
y viniste llena de letras propias,absolutamente tuyas y llenas de tu alma.
que bueno,en serio
besos
Leyendo este texto me vino a la mente "andabamos sin buscarnos pero sabiendo que andabamos para encontrarnos". Muy bellos tus escritos.
Qué hacés Lu? Vos sabés que te había dejado un mensaje, pero desapareció. Te decía que ese dilema es el de todos. Me gustó mucho el texto, aunque el mensaje anterior estaba más inspirado, je.
Un beso
Muchas Gracias, Germán, Magui, Vero... ojala fluyan las letras como un aire nuevo! Los aprecio mucho.
HOLAAAAAAAA!!!! ESTAS?????????
Lo peligroso del tiempo, es pensarlo una cura posible.
Agradezco profundamente tu visita y comentario. Espero verte de nuevo por allí.
Buena semana!
Vuelvo a leer y creo que seguir con vida es la prueba de la no-renuncia.
¿no?
Lu, no sé como llegué hasta acá, quizá por onomatopeya nomás, pero te estás buscando, en sueños o en algún lugar, o en la escritura, qué casualidad, la gente de derechos humanos también buscan a gente exactamente de tu misma edad.
...seguí buscandote!!!
(disculpame pero no pude dejar de asociar ambas búsquedas de identidad)
Publicar un comentario