miércoles, 21 de enero de 2009

El Bandoneonista Olvidable.

El show comenzó y la orquesta empezó a destilar las notas de algunos tangos. Muerte al sonidista, por favor, nadie decía.
Tocaron uno y dos, dos y tres, varias parejas desoladas por el reuma acechante, bailaron un 2 x 4 ya trillado.
Nadie se preguntó por él. Nadie siquiera lo recordó. Nadie. Absolutamente.
Era el bandoneonista titular. Mintió cuando dijo que tenia un dedo quebrado para no quedar barado en esa fuga y misterio. Brecito.
No apareció ni a pispear.
Y nadie lo recordó.
Cuando el dedo se le cumplió y tuvieron que operarlo.