lunes, 3 de marzo de 2008

Oníricos

Se le aparece en sueños. No puede dejar de soñar. Creyó vanamente que si ese sueño total entreabría sus ojos a la realidad llana y lisa, los sueños desaparecerían. Pero no. Son como demonios. Son sus propios demonios hecho sueños. Complementos de falencias. Vidas pasadas danzando en sus noches.
En la realidad se le revela como lo inevitable. ¿Renunciar o seguir? ¿Seguir o renunciar? El gran dilema. La gran pregunta. Prefiere quedarse con la incógnita. El tiempo es lo único que tiene. Su única vida posible es ese tiempo. Este. Aquel tiempo que dejó de ser y vuelve a rotar como un carretel irrefrenable.

Botella al mar

Partió hacia algún lugar arrojado por mí. No se sabe si existe el lugar o uno lo inventa. Lo importante no es llegar sino encontrarlo. En quizás otro lugar. De tanto en tanto dejo de buscarme y me pierdo. Es preciso perderse un poco para reencontrarse otra vez. Estoy de vuelta.